La enfermedad de COVID-19 es ocasionada por el coronavirus SARS-CoV-2, que causa una enfermedad de vías respiratoria, se identificó por primera vez en 2019 y es común su evolución a síndrome respiratorio agudo grave de tipo 2. Es altamente contagioso, ya que el virus se trasmite por contacto con superficies contaminadas, por dispersión de gotas de una persona infectada al toser, estornudar o al habla y el contacto de mucosas como boca, nariz u ojos con presencia del virus en las manos.
La mayoría de las personas infectadas por el virus experimentarán una enfermedad respiratoria de leve a moderada, así mismo, los adultos mayores y los que padecen enfermedades subyacentes, como enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades respiratorias crónicas o cáncer, tienen más probabilidades de desarrollar una enfermedad grave. Cualquier persona, de cualquier edad, es susceptible de la infección COVID-19.
La vacunación anual es importante ya que capacita la respuesta inmune ante la enfermedad, que constantemente muta y resulta en variantes de comportamientos diversos, resultando en la no infección a pesar del contacto con el virus o presentación de la enfermedad con sintomatología más leve que la suscitada en ausencia de la inmunización.